L’Església Vella del Milà es del siglo XVIII. Estaba anexada al castillo y, desde el año 1711, en que se terminó la construcción, hizo la función de capilla del mismo. En el año 1909, un ciclón recorrió la cuenca del río Francolí y destruyó cultivos y construcciones de las poblaciones vecinas. El campanario de la iglesia, con dos aperturas para colocar dos campanas, cayó sobre su techo. El nuevo templo, de estilo neogótico, se construyó en el mismo lugar en 1914 y fue restaurado al finalizar la Guerra Civil.
Otra construcción importante es el Castell (castillo), un antiguo casal residencial. Parece ser que en él nació, en el siglo XVIII, el militar Pere Nolasc de Bassa. El Milà destaca, también, por el cultivo de almendros, avellanos, viña y olivos. Es muy recomendable recorrer los bonitos paisajes de la zona a pie o en bicicleta.