El Ayuntamiento de Valls ha presentado la nueva experiencia turística que permite contemplar las vistas singulares de las puestas de sol sobre la ciudad y todo el Camp de Tarragona desde el campanario de la iglesia arciprestal de Sant Joan, con 74 metros de altura, el más alto de Cataluña. La visita guiada que impulsa la concejalía de Turismo suma el atractivo de las vistas espectaculares durante la puesta de sol disfrutándolo de una degustación de productos gastronómicos vallenses y una copa de vino, en una iniciativa a la que se han añadido establecimientos de alimentación de Valls y bodegas de la Denominación de origen Tarragona.
El estreno de «Postas de Sol en el campanario» tendrá inicialmente periodicidad mensual y arrancó el 19 de octubre coincidiendo con el primer fin de semana de celebraciones de la Feria de Santa Úrsula de Valls y justo la víspera de que el monumento cumpla 127 años de historia. El campanario reabre así al público y al turismo después de que las obras de rehabilitación finalizaran definitivamente el pasado mes de septiembre.
La ruta «Puestas de sol en el campanario» comienza al pie del monumento, en la puerta de las campanas, desde donde se iniciará el ascenso en una visita guiada de una hora aproximada de duración que te permitirá descubrir la historia y todas las vicisitudes que ha vivido el campanario antes y después de su inauguración, en 1897. La llegada al llano de campanas se hace coincidir con la hora en que el sol comienza a ponerse por las montañas al este, para disfrutar del momento con una degustación gastronómica de productos km0 de Valls y una copa de vino gentileza de diferentes bodegas de la DO Tarragona.
Los propios responsables de las bodegas serán los encargados de servir y explicar in situ las características del vino, así como las actividades que se organizan en la bodega. Hasta la fecha se han sumado al proyecto bodegas como Estol Verd, Mas Bella, Vives Ambròs, Vinícola de Nulles, Vinya Janine, Cellers Blanch, Padró, Magrinyà Calaf o Castillo de Oro – Cooperativa de Vila-rodona. La reserva de esta experiencia de tarde-noche, a un precio de 6 euros, es necesario realizarla dirigiéndose a la Oficina Municipal de Información y Turismo de Valls (977 612 530 o turisme@valls.cat). Además, se puede adquirir el pack combinado que incluye, junto a la visita al campanario, la entrada a Món Casteller – Museu Casteller de Catalunya.
Visita libre cada domingo.
Esta ruta guiada de tarde-noche no es la única novedad de la reapertura del campanario, ya que también a partir de este octubre, Turisme Valls ofrecerá la posibilidad de subir al monumento en visita libre y sin reserva previa. Las personas interesadas pueden dirigirse directamente a la plaza de los Escolans, a pie del campanario, para iniciar el ascenso y poder disfrutar de las vistas. Se trata de visitas libres que se realizarán acompañadas por un guía en el ascenso y de una duración aproximada de media hora. Las visitas serán de 10:30 h a 12:00 h y no es necesaria reserva previa, a un precio de 3 euros.
Las visitas en domingo así como la nueva ruta guiada del sábado para disfrutar de las puestas de sol son sólo un primer paso para promocionar el campanario como atractivo turístico y que, junto a la iglesia y todo el entorno de Sant Joan, está declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). En este sentido, el Ayuntamiento está ultimando la señalización turística que se instalará en diferentes puntos del recorrido por el interior del campanario, con imágenes históricas e información diversa, así como los paneles que ahora se recuperarán y que indicarán al visitante qué puede verse desde los grandes ventanales del llano de campanas.
Todo un símbolo y gran atalaya del Camp de Tarragona.
El campanario de Valls fue inaugurado el 20 de octubre de 1897 coincidiendo con la Feria de Santa Úrsula, después de dos años, ocho meses y dieciocho días de la colocación de la primera piedra por la festividad de la Candela, el 2 de febrero de 1895. Este monumento, que se ha convertido por su singularidad arquitectónica y altura en todo un símbolo, lo proyectó Francisco P. Villar y Carmona que diseñó una torre de estilo neogótico para seguir la línea arquitectónica de la iglesia, en una obra que corrió a cargo del vallense Joan Oller Sans. El campanario, que se levantó más arriba de lo previsto inicialmente en el proyecto para superar la de la Prioral de Sant Pere de Reus, es el más alto de Cataluña, la imagen más singular de la ciudad y gran atalaya sobre las comarcas del Camp de Tarragona.